jueves, 26 de junio de 2014

Quebrantahuesos 2014



La Meca del cicloturismo de carretera en España.





Este año ya iba tocando estar a las 7:30 en la salida de Sabiñánigo y así ha sido. Alguna vez tenía que ser, una peregrinación que no debe faltar -si puede ser- en el curriculum de todo ciclista que ame este deporte. 

Una organización impecable, me sorprendió muy gratamente desde el primer momento. No en vano son ya casi 25 años de experiencia. Y no debe ser fácil llevar a buen puerto un evento de esta envergadura. En mi opinión lo hacen francamente bien. Hay cosas mejorables, como en todo, pero les ponemos un sobresaliente. 

Saliendo del cajón de los “grises”, amanece un día con el cielo abierto y con una pinta extraordinaria. Las previsiones los días previos daban agua sobre todo en la zona de Francia, por lo que hubo que cargar con el chubasquero en la salida, resultando éste innecesario a la postre. 

Los primeros kilómetros pasan volando, a mucha velocidad, y hay que estar muy atento al freno para no caerse. Los hacemos tranquilamente, pero sin parar y sin forzar, que esta carrera es muy larga y el lunes me esperan muchos pacientes en la consulta. Sólo pienso en no caerme. Antes de llegar a Jaca veo una caída que parece importante, con algún ciclista tendido en el suelo pero con la guardia civil y los sanitarios atendiéndolos. Qué lástima. 

En cuanto se pasa Castiello de Jaca se inicia la subida a Somport, un puerto largo pero muy asequible. Al principio es muy tendido y sólo pica en los últimos km. Sólo me preocupa en esta parte comer, beber y no pasarme de revoluciones, que temo al tío del mazo y al tío calambres en el Portalet. No pierdo de vista el pulsómetro y no paso de 160 ppm. Y si paso aflojo. Con el desarrollo no fuerzo ni lo más mínimo y subo cómodo, muchas veces con el 28, sin problemas. Llevo en mente los puntos donde beber y comer que recomienda Chema Arguedas en sus análisis, y los sigo a rajatabla. Miramos el cielo, y ni una nube. Parece que hará calor, y no hay que dejar de beber. Cuando te quieres dar cuenta, estás arriba, con los 2 botes vacíos, por lo que recargamos en el km 46, a 1 km. de coronar. Mucha gente, cuesta unos minutos que te atiendan. De nuevo a la bici, y seguimos … 

Hace calor, y para la bajada subo manguitos y cojo un papel de periódico que me da un muchacho muy amable. Gracias amigo. Nada más llegar a la primera curva veo el peligro. La bici se embala y cuesta domarla, ¡cuidadín!. Hay que andarse con mucho ojo. La gente baja muy rápido, me adelantan bastantes, intento ponerme a la derecha para que me dejen tranquilo y trazo sin tomar riesgos ni recortar, respetando siempre al de delante. Pero algunos se piensan que están compitiendo y bajan a saco. ¡Qué peligro!. 

En la bajada uso, yo creo que por primera vez, el piñón del 11. No sabía para que servía, porque nunca lo había usado, un piñón que soy incapaz de mover. Aquí bajando a más de 50-60 km./h., lo pones y puedes controlar la bici, y dar pedales si quieres. No es mi caso. 


Al final de la larga bajada, otro accidente importante, con varios ciclistas tendidos. Pero allí está la guardia civil y los servicios sanitarios atendiéndolos. Qué grande esta gente. 

Antes de llegar a Escot, se llanea un rato. La gente se me escapa e intento pillarlos. Apreto y después de un rato veo que no hay forma. Miro atrás y me doy cuenta que encabezo un grupo de 100 tíos, y yo sin darme cuenta, ja ja. Lo lleváis claro, chavales. Me abro y dejo que vayan pasando para pillar el rebufo de los que pasan, je je, que la gente está muy fuerte, es muy joven, mucho más que yo, y no se como me va a ir en Portalet. 

Pasamos Escot, y empieza lo bueno. Me tiro a la hierba de la derecha de la carretera, paradita para hacer pipí, y afrontamos, ahora sí, el temido Marie Blanque. El sol pega de frente y te revienta los ojos si diriges la mirada un poco hacia arriba. Hay una humedad muy importante, lo que decían es cierto, leches, ¡esto parece una sauna!. Nos desabrochamos, y a sufrir. Menudo calor. La gente busca sombras, pero éstas escasean. Sólo pensamos en no forzar y en beber. Pronto llega el cartel de los 4 últimos km. ¡Qué miedo!. Se ve una rampa de 200-300 m. llena de ciclistas que ocupan todo el ancho de la carretera, y un silencio sepulcral. La estampa es increíble. El 28 iba puesto hacía rato, por lo que ahora toca apretar con todo, riñones, lomos … todo, ya no tengo más piñones para subir. ¡Qué duro!. Hay que vivirlo para saber lo que es. Los metros se hacen eternos, y la gente va cayendo. La bici parece que no avanza. Miras el cuentakilómetros y no se mueve. Piensas que se ha estropeado. Muchos ponen pie a tierra y suben andando. Alguno da un bandazo y le echan la bulla. Menudo sufrimiento. Admiro a los profesionales que pasan por aquí en Tour, los admiro y los valoro ahora más que nunca. Antes de una curva a izquierda, comienzo a oír al de la gaita, que alegría, ya estamos arriba. Coronamos y nos dirigimos al avituallamiento del km. 103. 

Mucha gente de nuevo cogiendo líquido y sólido. Cuesta mucho meterse entre tanto ciclista para coger agua y comida. Saco el móvil para hacer fotos del increíble paisaje, y en el primer flashazo se me muere. Qué rabia. Lo reviso, le quito y pongo la batería, pero nada, no revive. Tiramos de nuevo, que falta la mitad. 

La bajada del Marie Blanque es menos peligrosa, casi no me adelantan ya, y con los que coincido son prudentes. Pero no me la quiero imaginar con lluvia. LLegamos a Bielle muy rápido y en pequeña grupeta hacemos el tramo llano que lleva Laruns, pegando ya ligero viento en contra. Nos va dejando tostadicos poco a poco. 

El paisaje se hace increíble, precioso, cascadas de agua, picos de ensueño con verdes saturados que llenan la pupila, desniveles brutales en las montañas y picos de roca y nieves perpetuas que son una preciosidad. Brutal. Todo ello con un sol espléndido. Una gozada. Eso sí mucho calor, demasiado para la bici. 

Comenzamos ahora sí la subida del Portalet, al inicio muy tendida, y me voy recreando en lo que hay alrededor, que maravilla. No sólo lo disfruto yo, muchos compañeros van mirando a izquierda y derecha, cuando nos sorprende alguna cascada de agua. 

La carretera se hace angosta y pasado un cartel que pone Gabas, la cosa se pone más seria. Las rampas al 8 % se hacen un mundo, y hay que meter de nuevo toda la traca. El GPS pierde la señal a menudo, y los metros parecen no pasar. Antes de llegar a la presa de Artouste de nuevo se endurece, pero me da alegría verla porque se que luego afloja y viene el avituallamiento del km. 137. 

Paramos a recargar y como un poco. Ahora viene lo más duro, los últimos 10 km. Miro el altímetro del Garmin que marca sobre los 1250 m. de altitud, y pienso …¡hasta los 1800 aún nos queda!. Ahora se hace durísimo, el cansancio se adueña del cuerpo. El paisaje impresiona es una pasada, menudo bellezón de puerto. Picos nevados a los lados y la carretera abriéndose poco a poco. El aire nos pega por los lados, pero sobre todo de frente, y se hace incómodo. Vamos con toda la traca metida y penando mucho. Pero mucho, mucho. Y en esos momentos, me digo y me repito, no vuelvo, no vuelvo, ni de coña . Ni al Soplao tampoco. Pero no recibo la visita del tío calambres ni del tío del mazo; el no forzar, el haber bebido bien y el haber tomado todas las sales del mundo mundial, ha espantado a los dos, es lo que tiene la prudencia que dan los años y las canas. Hay muchos ciclistas acalambrados en la carretera, estirando o esperando para coger el autobús que los rescate. Y con dorsales de todos los colores, gente con buenos tiempos en años anteriores. 

Un señor nos va apartando, y nos dice que nos peguemos a la izquierda, hacia la montaña, para ir más protegidos del aire en contra. Un kilómetro antes de coronar un chico me dice, ¡venga Miguel Ángel!, y me deja patidifuso … y caigo … ¡pone mi nombre en el dorsal, qué jodío!. Les debe molar ver nuestro careto de sorpresa, ja ja. A 300m. de coronar un chica … “ ¡ánimo, hasta esa casa, y ya a bajar!”. Qué alegría me dio. No paraba de mirar la casa, estaba agonizando. 

Coronamos, y a bajar. No hace frío y se baja en manga corta. El descenso es muy rápido y peligroso, se coge mucha velocidad, y el viento que entra de frente y de lado, te lleva. Hay que sujetar fuerte la bici . Pero la gente baja con prudencia y no nos pasa ningún camicace. Una paradita para coger agua otra vez y para España. 

Al rato se pasa por un túnel muy largo y oscuro a toda castaña y la gente se lo pasa pipa haciendo onomatopeyas de sirenas, ja ja. Mola. Pronto una laguna grande y el llaneo que nos lleva hasta los dos terroríficos km. de Hoz de Jaca. Otra vez el 28 y a apretar empastes. Se sufre mucho pero pasa rápido. Ya cualquier rampa es un penaero de órdago, y nada más pasar la presa tras la bajada de Hoz, hay otra, corta, pero hay que subirla. 

Para los últimos km. se forma una grupeta y me aprovecho del trabajo de los más fuertes, quedándome detrás. En la llegada a Sabiñánigo hay un rampón de menos de 1 km. con el 5% de desnivel que se hace muy pestoso, y más aún una carretera de bajada tras cruzar la rotonda que lleva a la pueblo, rota, parcheada, y con gravilla que a estas alturas de la película es más que peligrosa. Se cruza Sabiñánigo y se llega a meta, donde a algunos nos espera el beso de la guapa. Gracias pitruca, siempre está ahí. 

Y peregrinación acabada, muy contento, disfrutando del ambientazo y de los paisajes y sufriendo en las subidas tanto como los que hicieron 6 horas. Marcha Cicloturista Quebrantahuesos, a la saca, una menos. 





Datos del Garmin: 

Distancia: 197,94 km 
Tiempo en movimiento: 7:48:53 
Elapsed Time: 8:15:41 
Velocidad media: 25,1 km/h 
Avg Moving Speed: 26,2 km/h
 Altura ganada: 3.527 m 
Altura mínima: 346 m 
Altura máxima: 1.788 m

lunes, 3 de junio de 2013

V edición Los 10000 del Soplao de carretera 2013

El pasado 1 de junio del 2013 se celebró en Cabezón de la Sal la V edición de los 10000 del Soplao de carretera, en sus tres versiones, la cicloturista de 100 km., la “clásica” de 225 km., y la de gran distancia con 315 km. de recorrido.  Unos 200 participantes finalizaron la ruta más sencilla de 100km. Mientras la mayoría, más de 900, optamos por realizar la ruta “clásica”, tan sólo 40 atrevidos se decidieron y completaron la ruta larga.


La organización es una maravilla, ya lo conocíamos, de las versiones de MTB, en años anteriores. Y no nos defraudó. Pocos peros se le pueden poner, salvo a la empresa de cronometraje, de la que se escucharon muchas quejas.
El tiempo se presentaba algo revuelto con la llegada de un frente frío estos días, dando temperaturas entre los 11 y 14º en Cabezón, y lluvias débiles, con algún chubasco. A nuestra llegada el viernes por la tarde, nos encontramos un tiempo muy desapacible, con viento moderado del norte y algunas rachas más fuertes. La incertidumbre de lo que podría acontecer en cuanto a lo meteorológico, estaba en las cabezas de todos. Escoger la indumentaria adecuada para la ocasión, era el comecocos de todo el mundo.





No da tiempo, a los que venimos del centro y del sur, a que el cuerpo se adapte al clima cántabro. En pocas horas de viaje, baja mucho la temperatura, sube la humedad y es complicado que a la hora de la prueba se hayan ajustado los sistemas de regulación de temperatura e hídrico del cuerpo. Si le sumas la sobrecarga de hidratos de carbono en las comidas de los últimos días, el resultado es que tu organismo no sabes con certeza como responderá ante el gran esfuerzo de la prueba.
Nos levantamos bien temprano, para desayunar fuerte ( “de más”, diría yo). Y a eso de las siete ya estábamos en los aledaños de Cabezón, preparando el material. A las 7:40 llegabamos a la calle de salida, en esta ocasión con menos aglomeración que en la versión MTB. 




Puntuales como siempre, a las 8 partimos todos, para completar el recorrido. Tras una pequeña vuelta, rodeando Cabezón, nos dirigimos prestos hacia la costa. En el km. 17 se asciende hasta la Hayuela, y en este punto la carretera ya va poniendo a cada uno en su sitio. Nos vamos hasta Comillas donde podemos contemplar en posición dominante, la antigua Universidad Pontificia. Visitamos la playa, acariciamos el mar Cantábrico, y partimos hacia la ensenada de la Rabia, para visitar las playas de Oyambre.  Ya en San Vicente de la Barquera, ponemos rumbo oeste hacia al sorprendente Pechón, para disfrutar de la preciosa costa cantábrica. Justo aquí desemboca el Nansa, y se puede contemplar otra preciosa playa.



Partimos ahora al interior, dejando la costa. Nos saltamos el avituallamiento ya que vamos sobrados de líquido, de comida, y de …. ¡ropa!. El cielo que amanecía cubierto, empieza a abrirse y nos visita el sol, que poco a poco se hace grande entre las nubes. ¡Dichosas previsiones!.
Toca ahora adentrarnos en el interior de Cantabria, por el valle del Nansa. Antes damos un rodeo para ascender la collada de Bielva. Antes de Labarces los repechos son pronunciados, y comienza a sobrar la ropa. Hay mucha gente viendo la carrera, y el día se está quedando muy bonito. Las vistas comienzan a ser espectaculares. El esfuerzo se hace notar.
Descendemos, y nos dirigimos de nuevo hacia el valle del Nansa, para llegar a Puentenansa en el km. 92, encrucijada, eje y verdadero centro de la marcha, donde nos espera el segundo avituallamiento. Ahora sí paramos. Toca ascender Piedrasluengas y conviene ir bien provisto en la subida.
El ascenso del día se inicia aquí. Un puerto de 35 km. muy tendidos, con un tramo intermedio más duro de 3-4 km., desde la Lastra hasta llegar al embalse de la Cohilla. Aquí vuelve a suavizar hasta que se corona. Con el aire del noroeste, se hace muy llevadera la subida. Ha salido el sol, y las vistas son una maravilla. La carretera deja abierta a nuestra izquierda una ventana siempre en un costado, para deleitarnos con la naturaleza. Esa zona dura antes de la presa del embalse, en las estribaciones de Peña Sagra, es otro ejemplo de maravilla en la naturaleza, de lo que el agua ha podido labrar, con el paso de los años. 



Justo antes de rematar la ascensión, está el tercer avituallamiento. Toca cambiar la térmica –que para eso voy cargando con una de repuesto-, comer, beber, y abrigarse, que viene una larga bajada con el aire en contra esta vez. El descenso es muy rápido, pero se traza muy bien. No hay problema, no hay agua en las curvas, te permite descansar más que si fuera un descenso con la bici de montaña. Se va formando una grupeta, y me voy quedado atrás de la misma, que la gente es muy joven, y baja muy rápido. Estamos descendiendo buscando el valle de Liébana, pasando cerca de Potes. Es el valle del río Deva, y ahora a nuestra izquierda, se alzan majestuosas las peñas de los picos de Europa, blancas en sus cimas por la nieve. Impresionante desde la bicicleta. En coche no es lo mismo, con la bici ves el cielo. Pronto llegamos al desfiladero de la Hermida, un conjunto de angostas gargantas que discurre entre grandes paredes verticales de roca, algunas de más de 600m. de altura, y que fue formado por el cauce del rio Deva. El viento aquí sopla bastante, y baja la velocidad del grupo. Hay que tener algo de frescura antes de los últimos puertos.
En la Hermida, km. 165 de ruta, giramos a la derecha, para ascender la primera de las tres últimas colladas, un puerto de 10 km. donde encontramos rampas del 10 y 12%. Al poco llegamos al 4º avituallamiento, y paramos para quitarnos ropa antes de la ascensión. Dejo la bomba a un compañero de la grupeta con la rueda pinchada, que perdió la suya en la bajada. Retomamos la marcha, con las fuerzas mermadas. Aún hay sol, pero a medida que avanzamos, el cielo se cubre más de nubes. Llegando arriba, el sol ha desaparecido, la temperatura baja y sube mucho la humedad. No llueve, pero la cosa empieza a ponerse muy fea.
Antes del descenso, de 10 km., me abrigo de nuevo, pero dejo guantes y cortavientos en los bolsillos. El cortavientos porque pensé que sin él me secaría antes el sudor de la ropa. Los guantes, porque se me olvidó ponérmelos. Craso error. Hace un frío que pela. Durante la bajado no paro de pensar que en la siguiente, me pongo todo.
Llegamos a Sobrelapeña. Cuando paséis por ahí –si lo hacéis alguna vez- os explicaréis el porqué de su nombre. Precioso y sorprendente sitio. Enseguida se inicia el ascenso del penúltimo puerto del día, los 6 km. del collado de Ozalva. Hemos pasado tanto frío en la bajada, que subimos sin quitarnos nada de ropa. El cielo se ha cubierto por completo, y las nubes ya no se ven … ¡se tocan!. Aún nos quedan fuerzas, y subimos a ritmo sin problemas. Arriba hace un frío que pela, y me abrigo a tope para la nueva bajada que nos llevará de nuevo a Puentenansa. Guantes y cortavientos, son ahora imprescindibles. 6 km de bajada y de nuevo avituallamiento, para iniciar el último esfuerzo, la collada de Carmona.


Su inicio es muy tendido, lo conocemos del Soplao de MTB. Luego de un par de km. duros, remata en otros 4,5 algo más suaves. Las fuerzas ya no sobran y vamos con toda la traca metida, un 29 y penando. Ya no vemos el paisaje, sólo pensamos en llegar. Las piernas ya no marchan. Miro el cuentakilómetros antes de las rampas duras y ya marca los 200. Toca sufrir los siguientes 6 km. El caso es que va todo el mundo igual, nadie va sobrado, y somos una procesión de ciclistas avanzando lentamente en busca del ansiado final. Mucho frío arriba, y las nubes tapan ya la cima. Pero llegamos, tocamos el cielo, y vemos el final. La alegría me invade. Aún no son las 5 de la tarde, y faltan menos de 20 km.
El último descenso, y la llegada a Cabezón, son todo un homenaje al esfuerzo de los entrenamientos hechos en los meses de atrás, y que se me vienen a la cabeza en esos instantes. Coincido con gente haciendo grupeta, y en su cara sólo veo sonrisas de satisfacción. Apretamos, y cogemos velocidades por encima de 40 km/h. La llegada a Cabezón colma nuestras inquietudes, para descanse del espíritu, de tantos nervios e incertidumbres que se pasaron por nuestras cabezas los días previos a la prueba.
Nada más cruzar la meta, nos vamos directos al coche, lo priemro es lo primero, llamar a Natalia, a quien tanto hago penar con mis cosas. Perdóname, esposa.  Más contento que unas castañuelas, hemos completado el recorrido en 9h. y 20 minutos.
Pero, no creo que repitamos más.
Muchos os preguntáis …¿qué es más duro, el Soplao de MTB o el de carretera?. La respuesta es sencilla. Más dura la ruta MTB. Por desnivel y lo roto de los caminos. Se tarda más en hacer. El de carretera es largo y exigente, y más bonito para la pupila del ciclista. 225 km y 4000 m. de desnivel, no son moco de pavo para nadie. Al principio es un continuo sube y baja rompe piernas, que te deja tocado para lo que va a venir. Y la tendida subida a Piedrasluengas, con 35 km., te deja suave, suave. No obstante, El IBP index sale de 262, más que la Quebrantahuesos (que tiene 25km menos y 500m. menos de desnivel, con IBP index de 242). Estos datos, por simplificar y hacernos una idea global de al dureza.
Así que el gusto está en hacer ambas, la ruta de MTB y al de carretera, porque son muy diferentes. Y muy duras las dos.
 







miércoles, 30 de enero de 2013

Los primeros "100 km. non stop" del año.

Salimos de la hibernación. Ya no hace tanto frío y hay que hacer fondo, que este año llegarán rutas largas y duras. Tenemos que prepararnos poco a poco.

Hoy decidimos poner rumbo al este, para visitar Socuéllamos y las Mesas. Damos un gran rodeo, con eje sobre la encina milenaria, para acabar pasando por Pedro Muñoz y finalmente poner rumbo a casa, que estamos muuuy cansados de la guardia de ayer.

Como veis, en Socuéllamos me subo al Mirage F1 de  la rotonda Virgen de Loreto (justo al lado de la C/ Alcázar de San Juan) y compruebo que funciona a las mil maravillas. Lo dejé en su sitio, no os preocupéis, que si vais allí, os lo encontraréis.


Y para que conste que es verdad, os dejo el detalle de la foto ...














Una fotico antes de subirme al pájaro.


























domingo, 6 de enero de 2013

Adiós 2012. Hola 2013.

Estos son los números del 2012:


Cuenta:    178 Actividades
Distancia:    10.686,60 km
Distancia máxima:    212,43 km
Tiempo:    502:24:16 h:m:s
Ganancia de altura:    79.688 m
Ganancia de altura media:    466 m
Velocidad media:    21,2 km/h
FC media:    139 ppm
FC máx.:    254 ppm
Calorías:    293.445 C


Curiosos, verdad. Pero ahora empieza otro año. Otro año en el que habrá que ponerse algún objetvo, o varios, donde tener el punto de mira, para planificar. No se si iremos al Soplao o no. Lo decidiremos en abril, según nos encontremos, pero este año no pienso sufrir, ni penar con los entrenamientos. Si estamos bien iremos.La quebrantahuesos se queda en el bolsillo, y cuando deje de ser el negocio que ahora es, quizá nos decidamos a ir para allá. Gustarme, sí me gustaría. Lo que sí tengo claro es que iremos a la batalla de Uclés, con los amigos, e iremos tambien a la Titán. Y por supuesto, volveremos a Cazorla.



 Para empezar el año, una clásica, primera salida al toro de Osborne de Madridejos, sin complicaciones, sin rodeos, sólo el frio y la niebla al inicio por destacar algo, el resto...disfrute, a mi ritmo. ¡Qué gusto!.







lunes, 24 de diciembre de 2012

A los molinos del Puerto, con niebla.

Estos días las nieblas matinales no levantaban al mediodía como otras veces en Alcázar. Pero hoy sí. Al principio, mucho frío, los dedos de manos y pies bastante helados, a pesar de los guantes y las botas que me gasto.
La ruta, la misma del otro día, porque hay viento del sur-suroeste, y gusta tenerlo de culo en la última parte del recorrido.

http://www.endomondo.com/workouts/114616343




Hasta el Puerto, la niebla no deja ver gran cosa, sólo los molinos al otro lado de la autovía parecen flotar en ella. Arriba parece que hará sol, por lo que decido subirlos. Subiendo coincido con unos compañeros que suelen venir de Tembleque hasta aquí. Estos también se dan una buena paliza.




Aparcamos la bici aquí arriba, sacamos la máquina, y hoy se trata de hacer fotos del paisaje, con la niebla tapando la llanura. Esta primera con la bici delante y al fondo sierra Luenga, por donde tantas veces hacemos nuestras rutas.



A contraluz, la niebla parece tapar el pueblo.



Incluso por momentos llega hasta aquí arriba.





En los repetidores de Herencia también hay sol, pero hoy no toca subirlos  :sudor



Alguna más a contraluz, y compruebo el rango dinámico de la cámara, que me parece más que bueno.



También practico un poco con el modo panorámico que trae, que es fácil cogerle el truquillo, aunque algunas veces se hierra.



Los 3 molinos de Puerto Lápice. No es sencillo sacarles en una única toma desde aquí arriba, pero con estas máquinas sí.



Las anteriores vistas son mirando hacia el este, hacia Alcázar, donde está la niebla por la que pasé hasta llegar aquí. Al norte, el paisaje es la llanura manchega.



Bajamos al pueblo y la niebla casi de ha desvanecido. Nos tomamos un café y un par de magdalenas. Aprovecho para sacar una panorámica de la plaza, hoy sin vendedores ambulantes. ¡Qué bonita es, no me canso de mirarla!.



Y ya de vuelta, llegando a Alcázar, paro un segundo la burra y aprovecho para sacar las nubes altas que han ido dejando el cielo pintado de azul y blanco.



Misma ruta, siempre cosas diferentes. Hoy a la ida, no se veía nada, pero en el Puerto se disfrutaba de buena luz, si se subía a los molinos.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Paseos por la Mancha en bici con la cámara a cuestas.

Ahora es mala época para salir, el frío y el viento imperan, pero bien abrigado y equipado, se puede mantener la forma e ir haciendo algo de fondo, mejor si se busca la hora adecuada donde las temperaturas te respeten siquiera un poco más.

Hoy estrenamos una mini Sony WX100, con un peso de tan sólo 124 g. y unas medidas de 9x5x2 cm., lo que la hace ideal, a mi modo de ver, para llevar en bici. Miento como un bellaco, je, je. Lo ideal es una Gopro en el manillar o en el casco, pero a mi no me hacen tilín estas máquinas, aunque reconozco que es lo mejor para captar lo que se siente sobre la bicicleta.

























Era la prueba de comodidad. Después de casi 70 km de ruta y cerca de 3 horas en bici con la pequeña Sony, ni me he enterado que venía conmigo, no ya por el peso, sino porque que llevada en el bolsillo trasero del maillot, no tiene zonas que sobresalgan ni incomoden en la zona lumbar. Ni sentirla, Una gozada.

La etapa de hoy ...



http://www.endomondo.com/workouts/113084891

Al poco de pasar Villafranca de los Caballeros, y tras 18 km. de ruta, una ventolera en contra de las que quita la afición  :bigcry. Esta casa de campo atrae mi atención, con un cielo detrás oscurete, de los que pone. La foto esta procesada con CS5 un poco ...



La bici queda tirada en el suelo y aprovecho para experimentar con los procesados digitales que hace la cámara, que para esos los lleva, mi pasta me ha costado  :lol ...



Y al ladito un olivo azotado por el viento ... seguimos con el modo "acuarela", que me ha gustado  :disimulo. Es fotografía ¿? ... la cámara lo trae, habrá que aprovecharlo.



La siguiente parada en Puerto Lápice, después de 30 km. Este pueblo tiene una de las plazas manchegas más bonitas y cuidadas que hay por aquí. Hay un mercadillo de pueblo, con ropa, comida y productos de Navidad ...



La mercancía perfectamente colocada en las mesas, se presta para testear la calidad de la imagen usando algo el zoom.



Y un recorte al 100% de la misma foto. Para ser una compacta birriosa, a mi me parece que cumple su función correctamente.



Hace mucho que no entraba la Venta el Quijote, donde se supone mantearon al hidalgo. Siempre está lleno de japoneses, a los que traen en autobús, sablean, y ellos tan contentos con las fotos que se hacen aquí. De nuevo experimento con los procesados que  trae la bicha ...



En el patio interior, muy cuidado, tienen este precioso carro, que hace las delicias de los nipones. Hoy es viernes, laborable, y cuesta trabajo que no salgan los jodíos de por medio. Ahora con el modo ilustración de filtro digital ...



Muchas veces nos quejamos de que las fotos que exponemos, no tienen historia. Y llevamos razón. Estas tienen una poquita, bien corta y sin trascendencia alguna, pero algo ayudará a saborearlas mejor.